La disfunción eréctil es la incapacidad repetida para lograr o mantener una erección lo suficientemente firme para mantener una relación sexual.

La incidencia de disfunción eréctil aumenta con la edad, afecta al 5% de los hombres de 40 años de edad y entre el 15 y el 25% de los hombres de 65 años de edad.

La disfunción eréctil es tratable a cualquier edad.

Para comprender las causas de disfunción eréctil es preciso conocer que una erección normal requiere la participación de cuatro factores:

  • unos vasos sanguíneos que funcionen adecuadamente (no afectados por el hábito de fumar, por arteriosclerosis, etc.)
  • una inervación peneana conservada (no afectada por cirugías pélvicas, o por diabetes)
  • un entorno hormonal adecuado (en el que la testosterona, la hormona masculina, pueda ejercer su acción normalmente)
  • un estado psicológico adecuado

Cualquier alteración de estos factores puede explicar la causa de la disfunción eréctil.

Algunas enfermedades pueden dañar los nervios, arterias, tejidos del pene (disfunción eréctil orgánica) como la diabetes, el alcoholismo crónico, la arterioesclerosis, las enfermedades neurológicas. La cirugía pélvica, fundamentalmente para el tratamiento del cáncer de próstata, puede lesionar los nervios y arterias del pene. Los medicamentos para disminuir la presión arterial, antihistamínicos, antidepresivos, tranquilizantes, pueden provocar disfunción eréctil.

Otras veces la causa fundamental puede ser psicológica, como el estrés, la depresión, la ansiedad o la culpa, o el miedo a fracasar en la relación sexual (disfunción eréctil psicógena).

El diagnóstico de la disfunción eréctil se basa en la historia clínica, los antecedentes del paciente, pruebas de laboratorio y otras pruebas para casos específicos, como el test de tumescencia peneana nocturna, que diferencia la disfunción eréctil psicógena de la orgánica.

El tratamiento puede basarse en psicoterapia, administrada por un sexólogo experimentado, en casos de disfunción eréctil psicógena. Cuando la causa de la dificultad con la erección es orgánica (vascular, neurógena, hormonal o mixta) el tratamiento puede requerir además el uso de medicamentos por vía oral o inyectados directamente en el pene.

En casos que no responden a los tratamientos mencionados, existe la posibilidad de recurrir a la colocación de un implante peneano, o prótesis de pene. Se trata de una intervención sencilla en la que se implantan unos cilindros hidráulicos en el interior de los cuerpos cavernosos a través de una incisión mínima, que se pueden activar y desactivar a voluntad. El 95% de los hombres que se colocan un implante de este tipo está satisfecho con el resultado y lo aconsejaría a otros hombres.