Cambios inducidos por estrés en el intestino materno podrían afectar negativamente a la descendencia de por vida.

La exposición prenatal al estrés de la madre contribuye a ansiedad y problemas cognitivos que persisten en la edad adulta, un fenómeno que podría explicarse por cambios duraderos y potencialmente perjudiciales en el microbioma, según una nueva investigación en ratones.

Cuando los roedores preñados fueron expuestos al estrés en este estudio, pareció cambiar la composición de las bacterias tanto en sus intestinos como en las placentas, así como en los tractos intestinales de su descendencia femenina, según hallaron investigadores de la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos. Esos cambios microbianos duraron hasta la edad adulta.

Además de eso, los ratones con madres estresadas realizaron con dificultad las pruebas destinadas a medir la ansiedad y la salud cognitiva en comparación con las hembras de los ratones que no tuvieron estrés durante el embarazo. Y los marcadores de inflamación aumentaron en la placenta, el cerebro fetal y el cerebro adulto de la descendencia, mientras que una proteína de apoyo llamada factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) disminuyó.

«Cada vez más, los médicos y los investigadores están entendiendo que las bacterias naturales no son sólo una presencia silenciosa en nuestro cuerpo, sino que contribuyen a nuestra salud», afirma Tamar Gur, investigadora principal y profesora asistente de Psiquiatría y Salud del Comportamiento, Neurociencia y Obstetricia y Ginecología en la Universidad de Ohio.

«Estos ratones estaban más ansiosos, pasaban más tiempo en espacios oscuros y cerrados y tenían más dificultades para aprender las tareas cognitivas, aunque nunca vivieron estrés después del nacimiento», afirma Gur, encargada de la presentación del estudio este lunes en ‘Neuroscience 2016’, la reunión anual de la Sociedad estadounidense para la Neurociencia, que se celebra en San Diego, Estados Unidos.

Investigaciones previas han encontrado asociaciones entre el estrés materno en animales y personas con problemas posteriores de salud mental y conductuales en sus hijos. Este estudio podría comenzar a explicar qué está en juego en esa relación.

LAS BACTERIAS INTESTINALES TIENEN UN PAPEL EN LA ENFERMEDAD MENTAL

«Ya entendemos que el estrés prenatal puede ser malo para la descendencia, pero el misterio es cómo», señala Gur, psiquiatra miembro del Instituto de Investigación de Medicina del Comportamiento del Centro Médico Wexner de Ohio.

Gur explica que los microbios de los tractos gastrointestinal y reproductivo de la madre son los primeros en colonizar un feto en desarrollo (y recién nacidos). Eso hace que las bacterias sean una interesante potencial explicación de por qué y cómo el estrés antes de que un animal o una persona nazca podría provocar una enfermedad mental que puede durar toda la vida.

Este estudio apunta a alteraciones en los microbios que viven en la placenta y describe los cambios hallados en las placentas de los ratones fetales que tenían madres estresadas. Gur y sus colegas vieron cambios microbianos significativos en las placentas de las hembras de ratones estresados y alteraciones en la inflamación y los factores de crecimiento en la placenta, lo que apunta a alteraciones en la forma en la que los microbios influían en dinámicas importantes antes del nacimiento.

Y en la progenie femenina de los ratones estresados, los investigadores detectaron una menor capacidad de aprendizaje y un comportamiento como de mayor ansiedad en comparación con la descendencia de los ratones no estresados de la madre. Gur dice que el equipo encontró cambios interesantes en la descendencia masculina, pero los detalles de esa parte del estudio están todavía en marcha.

Los ratones madres estresadas se sometieron a dos horas al día durante siete días de restricción para inducir el estrés y para comparar, se dejó a otro grupo de ratones embarazadas sin alteraciones durante la gestación. Se evaluaron las bacterias intestinales utilizando muestras fecales de los ratones.

Gur enfatizó que el mensaje aquí no es que las madres sean culpables de si sus hijos sufren enfermedad mental más tarde en la vida sino que este desarrollo científico presenta una oportunidad para hablar más sobre la importancia de la salud mental en general y durante el embarazo.

«Como psiquiatra que trata a las mujeres embarazadas, si estás estresada, ansiosa o deprimida, creo que el embarazo es un momento excelente para la intervención –destaca Gur–. Y lo que es bueno para mamá es bueno para el bebé».

Fuente: www.lainformacion.com