Hidratación durante el verano

Eres agua en más de un 50%. Una proporción que varía en función de tu edad, tu peso y sexo –cuanto mayores nos hacemos y más pesamos, menos proporción de agua tenemos–. El cuerpo del hombre tiene más agua que el de la mujer –alrededor de un 5% más–.

Hidratación

El organismo humano no almacena el agua, por lo que tu cuerpo requiere que le aportes la cantidad que pierde cada día a través de distintas funciones: respiración, sudoración y evacuaciones, entre otras. Necesitas alrededor de tres litros de agua diarios, cuya proporción se reparte entre la ingesta de agua y los alimentos que tomas. Alrededor de un litro y medio te lo proporcionan entre 6 y 8 vasos de líquidos, que pueden ser agua, zumos, refrescos y batidos, por ejemplo. También consigues hidratarte gracias a los alimentos que comes; te aportan otro litro y medio de agua. Las frutas y las verduras tienen un alto contenido de agua –cerca del 85% de su peso es agua–, así como la carne y el pescado –con valores que oscilan entre un 50 y un 70% de agua–.

Más hidratación durante el verano

Durante el verano las altas temperaturas, la humedad y una mayor sudoración hacen que tu organismo pierda mayor proporción de agua que durante el invierno. Por eso es fundamental ingerir líquidos con mayor frecuencia, sobre todo, si te expones al sol, prácticas ejercicio o realizas algún tipo de actividad física. Durante los meses estivales no conviene que te desplaces sin ir aprovisionado de tu botella de agua siempre que vayas a la playa, al campo, corras, montes en bicicleta o tengas previsto hacer un viaje de largo recorrido donde te sea difícil abastecerte de bebida.

Los ancianos y los niños son quienes más tienen que controlar sus niveles de hidratación durante la época estival porque ven alterado su mecanismo de la sed. Los niños, porque no siempre piden bebidas cuando tienen sed. Y los ancianos, porque tienen menos agua corporal que en etapas anteriores.

Para saber si estás bien hidratado debes observar algunas pistas que tu propio organismo te da: si tu piel está tersa y suave, sin zonas resecas; si no sientes accesos de sed descontrolados y si al beber consigues saciarla, tienes una buena hidratación

BUENAS RAZONES PARA HIDRATARTE

Al consumir agua y otros líquidos, consigues cuidarte por dentro y por fuera. Te damos ocho razones fundamentales para que atiendas tu hidratación

  1. Regulas tu temperatura corporal.
  2. Hidratas tu piel.
  3. Facilitas tus digestiones.
  4. Ayudas a diluir líquidos corporales.
  5. Consigues una mayor capacidad de concentración.
  6. Facilitas el transporte de nutrientes en tu organismo.
  7. Consigues que tus riñones funcionen mejor.
  8. Aumentas tu esperanza de vida.

BEBIDAS PARA TODOS LOS GUSTOS

AGUA: Es la bebida que mejor calma la sed y puedes elegir entre potable, mineral con o sin gas y agua de manantial. También puedes degustar agua con sabores a limón, fresa, manzana, etc.

ZUMO DE FRUTAS: Bebida que conserva todas las propiedades de la fruta fresca. Por eso, además de hidratar y calmar la sed, resulta nutritiva y aporta energía (en forma de fructosa).

INFUSIONES: Se preparan con agua y plantas de distintos sabores y propiedades. Pueden tomarse frías o calientes, convirtiéndose en otra forma apetecible de tomar agua.

HELADOS Y BATIDOS: Los helados como polos, sorbetes y granizados, cuya base principal es el agua, hidratan y refrescan a la vez. Los batidos, con aporte de leche, resultan además de hidratantes, muy sanos y nutritivos.

REFRESCOS CON GAS: Pueden ser naranjadas, limonadas, tónicas, colas… con burbujas que salpican el paladar. Tomados con moderación contribuyen a paliar la sed, pero su exceso puede ocasionar el efecto contrario por su contenido en azúcares.

BEBIDAS ENERGÉTICAS: Contienen sustancias excitantes como cafeína, teobromina, ginseng o guaraná. Quitan la sed y aportan energía, razón por la que suelen tomarse después de practicar ejercicio o cuando se nota decaimiento físico.